
Crecimiento personal, Maternidad
De oruga a mariposa: el primer año de vida
15 diciembre 2021. 8:20 am
El primer año de vida de un bebé es, posiblemente, la etapa con más hitos a cubrir
Siempre hablo de la transformación que vive la mujer después de parir una criatura. Y así es. Sin embargo, hoy, quiero poner en el centro a esas criaturas que nacen y en su primera vuelta al sol se transforman vertiginosamente.
Un bebé, al nacer pasa por varias etapas. La principal es la de la exterogestación, o los primeros nueve meses fuera del útero.
Este periodo es esencial para su óptimo desarrollo. Necesita imperiosamente estar pegado a su madre 24hrs 7 días. Es así. La separación a esta edad puede ser vivida como haberles arrancado una parte de su cuerpo.
La separación a esta edad puede ser vivida como haberles arrancado una parte de su cuerpo

Es verdad que está el padre, pero no es con quien tiene creado el vínculo: no es, por naturaleza, quien tiene el alimento y, sobre todo, no es quien le ha gestado durante toda su vida, que son los nueve primeros meses de gestación.
Por eso, no; en esta etapa no nos vale el padre, nada más que para ratitos cortos.
A partir de los nueve meses, comenzará a moverse y despegarse de la madre. Esto supone alejarse unos metros, no más. En cuanto la pierda de vista, llorará y, posiblemente se asustara. Es lo que se suele conocer como “mamitis”. Y gracias que esto existe, porque así ell@s, se aseguran la supervivencia.
Su cerebro aún no está lo suficientemente desarrollado como para pensar y saber que mamá está en la habitación de al lado, que ha salido a por el pan y volverá en 10 min o que se ha ido a trabajar y volverá después de no-sé-cuántas-horas. Sólo llega a sentir que si mamá no está, no como y me muero.
Como madres, a veces esto resulta cansado y tedioso, pero si pensamos que esta estampa se va y no volverá, que a los tres años se pegarán a su padre como lapas y se irán a explorar el mundo junto a él… seguro se nos hace más sencillo.
Porque esto es así. A partir de los tres años, su cerebro ya está mucho más desarrollado y comienza a tener la capacidad de ver que si se va, a la vuelta su madre seguirá ahí. Entonces es momento de salir con papá a descubrir el mundo.
He llegado a los tres años de un salto. Volviendo al primer año, los tres primeros meses son pegados a una teta, normalmente no hay más. Con varios brotes de crecimiento que, por lo general, a las madres nos hacen ponernos un poco nerviosas y sentirnos inseguras pero que en unos días, con paciencia y calma, se pasan.
A los cuatro meses, empiezan a estar mucho más despiertos, su visión les permite ver mas allá de su madre, por eso se distraen a la mínima y tardan la vida en hacer una toma.
Otro hito es el cambio a la alimentación complementaria: comenzará a comer de todo, poco a poco. Importante el nombre: es complementaria porque aún, lo más importante sigue siendo la leche de su madre. Aunque digan lo contrario, se adapta al desarrollo del bebé y siempre tiene los nutrientes y anticuerpos que necesita.
Lo más importante sigue siendo la leche de su madre. Aunque digan lo contrario, se adapta al desarrollo del bebé y siempre tiene los nutrientes y anticuerpos que necesita

Sobre esta edad comienza el gateo, después de sentarán. Ojo aquí con la secuencia, porque para el desarrollo de su espalda esto es importante. Primero gateo y luego sedestación. Han de hacerlo solos para que su espalda y todo su cuerpo estén preparados.
A partir de aquí, van practicando y, en cualquier momento, se ponen de pie y comienzan a caminar. No tengamos prisa, puede que hasta el año y medio o algo más no lo hagan. Y también debemos estar preparadas para peques que comienzan su caminar al año de vida.
Lo importante es la seguridad con que lo hagan y les hayamos dado para hacerlo: Para que extiendan bien sus alas, primero tenemos que darles contención.
Para que extiendan bien sus alas, primero tenemos que darles contención