
Actualidad, Crecimiento, Crecimiento personal, Filosofía, Psicología, religión
Hablando de meditación en plena crisis sanitaria…
20 marzo 2020. 8:30 am
…o cómo empezar a meditar y encontrar la opción que mejor se adapte a ti (incluye meditación guiada).
A principios del mes de febrero hizo 16 años que tuve una fuerte depresión que dio un vuelco a mi vida. Lo que a priori puede parecer algo horrible, cuando echo la vista atrás puedo considerar la depresión que pasé como el inicio de una nueva forma de vivir de un modo más pleno. Y es que, una depresión, como cualquier otra enfermedad, nos está pidiendo que nos escuchemos y nos respetemos y si lo hacemos, no sólo podemos conseguir superar esa enfermedad, sino que descubriremos realmente quienes somos y todo el potencial que llevamos dentro y la aceptación de nuestro ser tal y como es. Eso nos permitirá vivir la vida desde otra perspectiva, independientemente de si conseguimos superar la enfermedad o no.
una depresión, como cualquier otra enfermedad, nos está pidiendo que nos escuchemos y nos respetemos

En mi caso, la depresión me permitió conocer diferentes terapias y técnicas de crecimiento personal que me ayudaron a encontrar el origen y trabajar sobre él para poder superarla.
Ahora todos nos enfrentamos a una situación insólita que nunca antes se nos había planteado: ¡tener que permanecer en casa sin poder salir salvo casos muy excepcionales! Para todo ser humano relacionarse con otras personas, salir a pasear, de compras, al trabajo, es algo tan rutinario, que ahora que no lo tenemos corremos el riesgo de entrar en una crisis importante si no sabemos gestionarlo bien. Por eso quiero hablaros de una de las terapias que apareció en mi vida en aquellas circunstancias, porque creo que es un buen momento para que, si nunca lo has hecho, comiences a ponerla en práctica y a disfrutar de sus múltiples beneficios.
La terapia de la que hablo es la meditación, que lleva siendo utilizada desde hace miles de años por diferentes culturas, y que llegó a mi vida de la mano de varios libros. El primero de ellos me lo dejó mi hermana, “Hacia la paz interior” de Thich Nhat Hanh, que me dio buenas ideas para poner la atención sólo en una cosa. Siempre recuerdo de este libro la ¡meditación de la mandarina! Tan sencillo como poner toda tu atención en la mandarina que te estás comiendo, y así con cada cosa que haces a lo largo de tu día ¡¡hasta fregar los platos!!, que también forma parte de este maravilloso libro que me inició en la meditación.
Durante mis primeros años no podía sentarme a meditar ni 10 minutos, por la creencia de que meditar es dejar la mente en blanco y ¡no hay nada más difícil que dejarla en blanco, jeje! Y tampoco hacía falta sentarse e intentar estar al menos 10 minutos tratando de dejar la mente en blanco: con vivir cada instante plenamente, siendo consciente de lo que hacía en cada momento de mi vida, era suficiente. Y así empecé a centrarme más en ¡vivir! y a pillarme en esos momentos de descontrol donde estás haciendo una cosa y pensando en otras tres.

Después, mi psicóloga y primera maestra de Reiki, Salvadora, me recomendó “El monje que vendió su Ferrari”. Aquí, su autor Robin Sharma, plantea cómo una crisis existencial en una persona occidental te puede llevar a dar un giro radical que te muestre lo que verdaderamente deseas en esta vida y sigas ese camino con todo tu amor y dedicación. En estos momentos podríamos decir que todos estamos en una gran crisis debido a la situación, porque nos enfrentamos a algo totalmente nuevo y desconocido y tenemos un gran factor de incertidumbre que puede acentuar nuestros miedos.
Quizás fue este libro el que me llevó a ver qué es lo que realmente quería en mi vida y di un cambio brusco a mi actividad laboral, dedicándome desde entonces a las terapias naturales y a seguir formándome como terapeuta y maestra de Reiki. Confío en que está situación que vivimos se traduzca en un cambio muy positivo para todos, porque de toda experiencia hay que sacar el mayor aprendizaje y ahora tenemos una gran oportunidad para ello, no sólo para conocernos mejor a nivel individual, sino también para conectar, desde otra perspectiva, con las personas que tenemos a nuestro alrededor.
Fue haciendo la maestría de Reiki Usui Tibetano con John Curtin cuando descubrí las meditaciones guiadas, que me atrevería a decir que son las más sencillas para principiantes, ya que tener a una persona que te va indicando por donde tienes que llevar tu mente es bastante agradecido. Fue en esta época cuando comencé a dedicar más tiempo a seguir este tipo de meditaciones. Incluso me formé para poder guiar yo mis propias meditaciones, cosa que hago desde entonces en mi espacio. Son ideales también para los niños, así que si quieres puedes probar aquí:
Por esta época llegó a mi vida otro libro muy importante para mí y del que seguramente habrás oído hablar, ya que es uno de los libros de meditación más vendidos, “El poder del Ahora” de Eckhart Tolle. Aquí conseguimos desapegarnos de nuestra mente, que está muy identificada con el ego, el cual lleva una gran carga de creencias y patrones adquiridos que no nos permiten vivir la vida tal cual es en el momento presente, aquí y ahora. En estos días, diría que es de vital importancia permanecer en el momento presente, porque muchos, incluida yo en ciertos momentos, sólo están pensando en cuándo vamos a poder salir de casa de nuevo, y eso puede generar un gran estado de ansiedad que nos afecte no sólo a nivel mental, sino también a nivel físico.
conseguimos desapegarnos de nuestra mente, que está muy identificada con el ego
Cuando leí el libro “El camino de la sabiduría” de Deepak Chopra descubrí sus meditaciones guiadas, que también me resultaron de gran ayuda en este camino de aprendizaje. Todavía hoy me gusta apuntarme a los retos de 21 días que suele hacer. En sus meditaciones hay que poner mucha atención en la respiración y en recitar el mantra correspondiente (un mantra es una palabra, frase o sílaba sagrada que se repite como apoyo en una meditación). Son meditaciones muy accesibles para todas las personas y nos permiten encontrar ese equilibrio tan deseado entre cuerpo y mente.

Reconozco que no me resultó fácil iniciarme en la meditación, vivimos en un mundo demasiado material y pendiente del tiempo como para pararnos unos minutos a indagar en nuestro interior. Y eso que ya están más que demostrados los claros beneficios que tiene meditar todos los días, por lo que se está incluyendo en algunas escuelas e institutos para que los niños y adolescentes vayan adquiriendo el hábito. Ahora está claro que no podemos quejarnos de falta de tiempo, ya que ¡no podemos salir de casa!, y sólo hay que saber cómo emplearlo de la manera más útil. Yo diría que dedicar un ratito ¡del largo día que tenemos antes nosotros! a meditar, te brindará más paz y serenidad ante la situación.
Y menos fácil resulta si te pones a buscar sobre meditación y ¡¡te encuentras con tantos tipos de meditaciones diferentes!! Budista, zen o zazen, trascendental, vipassana, taoísta, mindfulness, guiada por nombrar algunas.
Después de relataros mi experiencia con la meditación, quizá os preguntaréis qué importancia y significado tiene actualmente para mi: pienso y siento que meditar es vivir plenamente en el aquí y el ahora, es una forma de parar y conectar con nuestro yo interior y con el resto del mundo, transcendiendo la realidad inmediata y mejorando el propio autoconocimiento.
Al meditar alteramos nuestro estado de conciencia, desocupando nuestra mente de pensamientos y consiguiendo experimentar un profundo estado de calma y tranquilidad, tanto más necesario en la compleja situación que vivimos actualmente.
La meditación va más allá de técnicas como la relajación, visualización o concentración, ya que aunque se utilizan en algunos tipos de meditación como ayuda inicial, la mayoría de las veces surgen como consecuencia de haber alcanzado un estado meditativo.
Como os decía antes, actualmente se ha demostrado que la meditación tiene numerosos beneficios para la salud, ya que una buena salud mental influye sobre el estado fisiológico del organismo. Entre los beneficios más destacados están: reducir los niveles de estrés ; mejorar el estado de ánimo; aumentar la capacidad de concentración, niveles de creatividad y memoria; mejorar el funcionamiento de nuestro sistema inmunológico y nos ayuda a desconectar la mente.
A la hora de meditar hay que dejar que tanto los pensamientos, como las imágenes que puedan acudir a tu mente, pasen de largo, y para ello, te puedes centrar en tu respiración.
“No necesitamos tener unas condiciones específicas para entrar en un estado meditativo”

No necesitamos tener unas condiciones específicas para entrar en un estado meditativo, ya que ¡¡podríamos hacer una meditación de cada cosa que realizamos, sólo con poner toda nuestra atención en lo que estamos haciendo, sin juzgar, sin analizar, simplemente estando presentes en el aquí y el ahora!! ¡Como la meditación de la mandarina!
Cuando alguien me dice que le cuesta meditar, que no consigue centrarse, dejar la mente en blanco, etc… siempre le recomiendo que empiece con lo más básico: ser consciente de lo que haces en cada momento. Si estás comiendo, centrarte en lo que comes, la textura, el sabor, el olor… y así con cada cosa que haces a lo largo del día. Si consigues centrarte plenamente en cada cosa que haces, aunque al principio sean unos pocos segundos, irás dándote cuenta de que ¡vives la vida tal cual es!, porque si no te estarás perdiendo muchas cosas en el momento de hacerlas por estar con la cabeza en otro lugar.
Luego puedes ir probando a centrarte en la respiración, algo que hacemos inconscientemente y a lo que tan poquitas veces prestamos atención y es una manera estupenda para que la mente se relaje.
Así que te animo a que vayas practicando con las diferentes opciones que te propongo y te des unos momentos al día para tranquilizar tu mente, ahora que no hay excusas con el ¡¡no tengo tiempo!!
Si te ha interesado la meditación, te pueden gustar:


