( obituario a Shinzo Abe, o el magnicidio de la última molestia para el globalismo)
Siempre, los periódicos/panfletos de cualquier régimen, enseñan en portada sus victorias, sus cabezas cortadas, para que el pueblo se deleite y crea que están del lado “ganador”, del que toca, del bueno.
En la Segunda Guerra Mundial los alemanes solo leían sobre las “ciudades ganadas”, los “territorios ocupados” y las “victorias en las batallas”. No se recuerda por ejemplo que fuera portada y con un titular gigante “Hemos perdido la batalla de Stalingrado”. Sin embargo, esta victoria de los rusos fue utilizada propagandísticamente por el gobierno de Stalin de manera espectacular, subiendo la moral de soldados y pueblo ruso de manera sobresaliente.
Pues bien, ahora los periódicos del régimen anuncian deliberadamente sus cabezas cortadas. Ahí va la de Shinzo Abe, portada de El País y demás panfletos, pero no para que el pueblo se entere de la victoria ( recordemos: está todo el mundo aborregado sin siquiera enterarse de que estamos en medio de una guerra silenciosa) sino para que se enteren sus amos, para deleite de la élite, una señal de que ya va uno menos y un aviso para aquel político disidente que se huela ya de qué va esto.
Los periódicos del régimen anuncian deliberadamente sus cabezas cortadas. Ahí va la de Shinzo Abe…pero no para que el pueblo se entere de la victoria…una señal de que ya va uno menos y un aviso para aquel político disidente que se huela ya de qué va esto
Shinzo Abe era una molestia para los globalistas. Él mismo planteó el posible uso de Ivermectina para tratar el Covid, en un mensaje a la nación en Mayo de 2020. Aunque algunas fuentes aseguran que en Japón se llegó a usar como tratamiento, esta autora no ha podido constatarlo por las vías “oficiales”. O bueno sí: todas las agencias “fact checkers” lo desmienten, con lo cual, en este ambiente bélico que vivimos silenciosamente, es un Sí como una catedral. Japón también retiró millones de dosis de la vacuna Moderna al encontrar “materiales extraños”. Shinzo Abe se resistió a implementar las restricciones impuestas hasta que no pudo más y acabó dimitiendo, alegando “problemas de salud”, que en lenguaje bélico de esta guerra silenciosa lo traducimos como una amenaza de muerte por parte de los globalistas, por ejemplo, porque no nos creemos que un político de su talla y recorrido dimita por una colitis.
Shinzo Abe se resistió a implementar las restricciones impuestas hasta que no pudo más y acabó dimitiendo, alegando “problemas de salud”, que en lenguaje bélico de esta guerra silenciosa lo traducimos como una amenaza de muerte por parte de los globalistas
Y ya lo que exasperó a la élite globalista fue la opinión de Shinzo Abe sobre que Zelensky, por sus decisiones equivocadas, habría provocado la guerra entre Ucrania y Rusia. Tampoco quería entrar en guerra contra China ni seguir el discurso antiruso. Y daba mítines cara a unas próximas votaciones que le volvían a alzar como favorito. En pocas palabras: no seguía la narrativa oficial impuesta por los globalistas en esta guerra/dictadura silenciosa.
Como véis, toda esta sucesión de catastróficas desdichas, llevaron a la élite a elegir entre los 4 comodines de moda: “se suicidó”, “murió de coronavirus”, “se le agravó el cáncer” ( recordemos al recién desaparecido Dr. Zelenko) o “un matón que actúa solo le disparó con un arma de fabricación casera”. Pues aunque parezca mentira que a estas alturas del siglo y de la guerra, alguien pueda creerse esta última, pues esta última es la excusa comodín que han puesto.
Bueno, al fin y al cabo, solo los grandes han tenido este comodín, como John Lennon, Abraham Lincoln, Martin Luther King o John F. Kennedy.
Y Grande era Abe San.
