
La reflexoterapia contribuye a mejorar numerosas dolencias de tipo físico y emocional a través de la estimulación de determinados puntos reflejos de los pies
Si la mirada es el espejo del alma, podríamos afirmar también que nuestros pies son el espejo de nuestro cuerpo. Porque… ¿cómo es posible que masajeando un punto determinado del pie te mejore en segundos una contractura en la espalda que hace días que te impide incluso girar el cuello? La respuesta se llama “Reflexología Podal”, una técnica terapéutica basada en la estimulación de puntos de los pies, denominados zonas de reflejo, que se corresponden con distintas partes del organismo. Así, masajeando una zona del pie, el estímulo curativo se refleja de forma casi automática con una zona u órgano del cuerpo. Podría parecer un acto de magia, pero no lo es.
Masajeando una zona del pie, el estímulo curativo se refleja de forma casi automática con una zona u órgano del cuerpo

Además, no se trata de algo nuevo. En una tumba de Egipto se encontró un grabado de más de 4.000 años de antigüedad en el que se veía como unos médicos de la época masajeaban los pies de un paciente. En la India, se han encontrado textos sagrados y pinturas como la representación del pie de Buda y los pies de Vishnu Pada en la que están representados los elementos del universo. Hace siglos que las medicinas tradicionales china y japonesa emplean diferentes técnicas curativas que consisten en masajear puntos y zonas concretas de los pies.
Algunas tribus indias de Estados Unidos aplicaban masajes en los pies como parte de una ceremonia sagrada basada en la creencia de que los pies, al ser la parte del cuerpo que está más en contacto con la tierra, forman parte de las energías que fluyen con ella. En Occidente, no fue hasta el siglo XX que se empezó a estudiar lo que hoy conocemos como reflexología podal.
La fisioterapeuta norteamericana Eunice Ingham está considerada como la madre de la reflexología moderna. En 1930 Ingham creó los primeros “mapas” del cuerpo humano, donde se describía la conexión y relación de cada zona u órgano con el punto o zona refleja correspondiente del pie. En 1938 publicó su primer libro “Stories the feet can tell trough Reflexology” donde describió el testimonio de numerosas experiencias terapéuticas positivas logradas con su revolucionario método.
Pero, ¿cómo funciona exactamente esta terapia?. Según nos explica la terapeuta manual Lola Blanes, “cuando existe una disfunción en un punto de nuestro organismo se produce una alteración en la zona refleja correspondiente del pie y, al estimular esa zona refleja manualmente, es posible regular las disfunciones del órgano que está afectado. Así es como funciona la reflexología podal”.

Cuando existe una disfunción en un punto de nuestro organismo se produce una alteración en la zona refleja correspondiente del pie
Lola Blanes
Según Lola Blanes, “la reflexología es muy efectiva en el tratamiento de problemas musculares, tendinitis, ciática, lumbalgia, molestias digestivas, estreñimiento, artrosis, para los dolores menstruales, para trastornos de tipo nervioso como el insomnio o el estrés y para los dolores de cabeza o migrañas, entre otros”.
Por otro lado, la reflexología podal está contraindicada cuando tienes una enfermedad infecciosa, si tienes fiebre, estás embarazada o están a punto de operarte. También si existe micosis o alguna herida en el pie.
Para Blanes, “es recomendable utilizar la reflexoterapia no solo cuándo tenemos algún problema o dolencia sino como una forma de mantener nuestro organismo sano e incluso de poder detectar y prevenir dolencias y problemas físicos”.
La terapeuta afirma que, a nivel emocional, “la reflexología también es una terapia muy efectiva para aliviar de forma importante los efectos del estrés, ya que se hace una relajación muy profunda al manipular el pie y esto contribuye a que el sistema nervioso funcione de forma normal y que los procesos de regulación sanguínea y de oxigenación sean mucho más fluidos y por tanto, todo ello hace que el estrés baje de forma casi inmediata”.
Para Lola Blanes, “una de las principales ventajas de la reflexología podal consiste en que, en cierto tipo de dolencias como una lumbalgia aguda en la que es imposible manipular la zona dolorida con un masaje, el hecho de activar los puntos reflejos adecuados en los pies, hace que la dolencia física mejore sin tratar directamente la zona afectada. Esto evita muchas veces la medicación con analgésicos y relajantes musculares”.
Sobre el periodo de tratamiento, cuando la dolencia o el problema a tratar es reciente, dos o tres sesiones de reflexoterapia son suficientes para notar una importante mejora e incluso solucionarlo. “Cuando hablamos de dolencias crónicas, van a ser necesarias más sesiones de reflexología pero vamos a conseguir solucionar el problema con toda probabilidad”, asegura Blanes.
Si quieres concertar una sesión de Reflexoterapia con la terapeuta manual Lola Blanes, escribe a lolablanes1@hotmail.com